lunes, 16 de enero de 2017

Tierra perecedera

Con tu vuelo podrías reinar entre los hombres.
¿Que te arrastras mortal entre las sombras?
¿Que aturdido por la confusión tu ánimo
no atina con la verdad de sus propios sentimientos?
Basta de excusas, reconcíliate con el frío tenaz
del firmamento.
Arráncale al mundo todas sus sábanas,
todas sus mantas, y que dé comienzo
el día.
Lánzate a las horas como el águila
a la presa que no escapa de su vista,
que golpea y de un pellizco de su boca arranca a ciegas
el hígado y la tristeza.