sábado, 25 de septiembre de 2010

Trampas desfilan triunfos

V
Mantenía contacto frecuente con tramposos. Ese se convirtió en su principal campo de estudio. La desconfianza como norma y la fe en que tantos tejemanejes desembocarían en algo inesperado en cierta forma.
Si se trataba de un vicio personal o de una disciplina sabiamente adquirida, poco le incumbía (y desde fuera resultaba imposible averiguarlo). Mantenía la regla de no ser destruido. La supervivencia era el mayor triunfo.
Cuantos estaban perdidos creyendo sus propias triquiñuelas, sus planes, su estrategias, sus innumerables leyes, parciales reglas de juego. Sobrevivir significaba estar fuera: ser espectador, sin interpretar los actos como viles o nobles.
Investigar, estar ahí y no estarlo, ser el tramposo entre los tramposos: he ahí su triunfo.