jueves, 19 de marzo de 2015

Los hijos rebeldes

La sangre es un hijo rebelde,
todo su deseo fuera escapar.
Se asoma al balcón de los pulmones,
coquetea con el galán malvado del frío.
Se disfrazó de rencor y de tesoros,
se disfrazó de hierro y fuego y sangre.
Su calor se alimenta de otros.
Su calor se asoma a los ojos,
llena de vergüenza las mejillas,
sangra en el momento menos pensado.
Siempre está jugando por la casa,
pero no consentirá volver
a su hora.