miércoles, 27 de marzo de 2013

Declaro inaugurado mi futuro tú.
Que todos lo disfruten. Y sólo algunos
se apropien del derecho a especular
atesorando beneficios que has de generar
sin duda.
Se enamoró del monstruo por descuido.
Sociedades complejas compiten entre sí.
Generan individuos de complejidad creciente.
¿Quién esperaría tanto del frágil carbono?
Sociedades cada vez más complejas generan
individuos cada vez menos autosuficientes,
proclives a amar o no tener cuidado.
¿A dónde quiero llegar, me preguntas?
Oh, a nada, buen amigo.
PROTEJO. Viajo por una realidad insul-
tantemente joven para orear la endogamia
de mis sueños. Cubro mi piel del frío
(devano con devoción el tejido empresarial
que ha sustituido al barro sanitario
de olor, color y rebeldía contingente).
Me escondo de la energía con sombras.
Levanto muros contra el viento, pero
abro párpados de viento falso para
esconder otra vez mis sueños y mi casa
de la no-visión, o mi piel y mi ropa,
o mi cuerpo o mis muebles. Me muevo
(hago deporte, como sucedáneo del hambre
que a mis antepasados llevaba a viajar,
a cazar, a sembrar, a vender, a matar)
con la palabra. Hago lo mismo:
Digo que te toco y me estremezco.
Digo que quiero que entres a caballo
en mis sueños, que hagas correr la muerte
si es preciso. Digo todo esto
y, por un instante, me siento a salvo,
contigo.

Aviso:

En el sentido de la visión.
Avenida de igual manera.
Pájaro de la disyunción.
Debajo del sentido en el que yo por debajo
vi (dado dedo deudo duda).