viernes, 26 de octubre de 2012

Gratias deo

Gracias, Mozart, por esa.
Absoluta falta.
De seriedad.

Por acústica sabemos

Por acústica sabemos que el sonido no existe, sino una colección de momentos. Y si el tiempo, otra ilusión, no es sino una explosión realmente caótica de caprichosas sincronías, concluyamos: que no sabemos qué mueve la música, qué es eso que se rompe en nuestro corazón, y ameniza nuestros dedos. Y digo que mi amor es una catedral de tiempo, es una ratonera de tiempo, y un temporal de tiempo. Así como se entonan tus suspiros.

Los planes del Hic et Nunc

Nunca me perdonaré no haber sido mejor,
haber hecho del barro mejor barro, del aire
un mejor instrumento con que entonar tus canciones.
Por mucho que me digan que el perdón no tiene tratos
con el siempre y el nunca, yo sé, se urden calcetines.