sábado, 5 de agosto de 2017

Lectura

«Escuchadme, pretendientes
de la famosa reina, mientras os digo

lo que dentro mi corazón del pecho me ordena:

No sin divinidad este hombre de Odiseo a la casa viene,

en todo caso me parece que el brillo de las antorchas saliese
de su misma cabeza, en la que no queda
pelo alguno».

(Odisea, canto XVIII, vv. 325-356)