Tan sólo amar, pues no puedo saber. Sólo puedo atrapar lo que pueda del caos y entregarlo, como si fuera mío, como si fuera libre, y amar lo que tal vez no sea una ilusión de la libertad.
La otra opción es vivir encadenados con ese pasar de la vida, y ver las sombras de nuestras propias cadenas, dibujando, como serpientes que se contonean, lo que diríamos son sombras de las ideas con que miramos las cosas. Es mirarnos y entragarnos o dejarnos diluir en nuestras propias sombras, fingiendo que imitamos a los sabios.
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