jueves, 14 de mayo de 2015

Ensayo y error

Doblas un pañuelo para ir a otro planeta.
Confías en el atardecer y sólo hablan distancias.
El abrigo en la percha ha bloqueado tus manos.
De tu casa al trabajo hay un reguero de palmas
en la espalda que quieren adivinar tu nombre
en este vaso de fuego, en este lápiz de lágrimas.
Cada paso echa raíces mientras tus ojos ausentes
vuelan sin tiempo y yo, fiero, te seguiré donde vayas.

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