Mi corazón ha perdido su rumbo.
Gira alrededor de este planeta con sus interminables intermitencias.
Y oigo vacíos como tatuajes en mi estómago.
Y seguramente sea sangre o lluvia la tinta que respiro.
Y veo mis manos,
estas manos talladas por el tiempo,
que, por alguna razón, siguen creyendo en ti.
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