jueves, 10 de febrero de 2011

Quisimos atrapar la luz
y levantamos nuestro imperio sobre el tiempo y la destrucción.
Luego supimos del lenguaje de los sueños y nuestras ciudades
brillaban como un cáncer observado desde el cosmos.
Pero es la rueca, vieja y mecánica, la que funciona,
célula a célula, combustión a combustión,
mientras aún vemos navegar orgulloso por los cielos al rayo.

1 comentario:

mareva mayo dijo...

inciertos héroes bajo la metralla....