Quisimos atrapar la luz
y levantamos nuestro imperio sobre el tiempo y la destrucción.
Luego supimos del lenguaje de los sueños y nuestras ciudades
brillaban como un cáncer observado desde el cosmos.
Pero es la rueca, vieja y mecánica, la que funciona,
célula a célula, combustión a combustión,
mientras aún vemos navegar orgulloso por los cielos al rayo.
1 comentario:
inciertos héroes bajo la metralla....
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