martes, 24 de mayo de 2011

Economía

Ciertos collares heredados de orgullo pesan.
Pocos admiten asumir que la felicidad tiene un precio.
Muchos, en cambio, están dispuestos a pagar el precio de la tristeza.
Se duda si es posible cambiar de herencia.
Realmente es difícil. Necesito tu ayuda.

2 comentarios:

Susan Urich Manrique dijo...

A veces escribes cosas que, no sé, están tan bien planteadas, que es difícil comentarlas. Un saludo.

Abraham dijo...

Es por eso que el mejor poema
habría de parecer imperfecto.