sábado, 2 de julio de 2011

Y aún no reconocen el amor como un arma.
Con cuánto salvajismo lo dejan al alcance de los niños.
Y siguen ideando pancartas reivindicativas sobre el suelo,
la higiene, el dinero y la energía.
Como si no hubiera hambrientos de amor,
enfermos, pobres, muertos de amor,
entre tanto corazón maleducado.

2 comentarios:

Susan Urich Manrique dijo...

Qué triste y qué cierto.

Elena dijo...

Brillante.
La idea, la construcción, la forma.
Brillante.