domingo, 18 de noviembre de 2012

Alguien se dedica al azar, no puede surgir espontáneamente.

1 comentario:

Abraham dijo...

No sé a qué espera la ciencia (la filosofía o la religión, la poesía incluso) en dejar claramente catalogado qué es fruto del azar, por un lado, y qué es fruto de una más o menos compleja relación de causa, por otro.

Y permíntanme imaginar: una vez realizada tan encomiable tarea, sabremos en qué del conocimiento habrá puesto el ser humano su mirada (pues no nos interesa dudarlo: el ser humano existe); y sólo es posible que el elemento transgresor de dicho criterio de catalogación sea, inevitablemente, un quien.