miércoles, 28 de noviembre de 2012

De todas las genealogías posibles de este paisaje, atiende también los objetos y sus controversias.

1 comentario:

Abraham dijo...

De pequeño me creía un apaciguador
de los infantiles rencores de vasos y cuchillos
que se peleaban por el calor de nuestras manos
y la pasión de nuestros labios.

Los pasos se vuelven, acaso, refinados,
pero la corriente se adivina en bruto,
por más que los objetos hablen educadamente
de tantas otras cosas.

Por aquí también pasaron tus manos, predicando la nostalgia.