miércoles, 14 de noviembre de 2012

Sinceridad disparada sólo para corazones blandos.

1 comentario:

Abraham dijo...

En los corazones que son de piedra no anidan las flechas. En su latir no se escucha sino músculo y sangre. No hay relato ni reloj. Y el saber es el mismo de los dioses y el mismo de las viejas montañas, y el mismo de los huidizos ríos cuyas palabras son engañosas. Tan seductores como la ceniza y como las nubes que besan el horizonte.

Hoy volaré, lanzado por la tensión y por el arco. El aire me arrancará las resistencias que me hacen, y sobrevivirá tan solo el vuelo. Y en ese momento todo habrá comenzado. Te partiré la vida. Y será en dos.