martes, 4 de diciembre de 2012

Sin piedad o a penas un poco

El hombre fuerte acarrea en su costumbre con las debilidades. Así el hombre valiente acarrea sus miedos. O el inconsciente arrastra su yo. (Obsérvese que el dolor y el placer se escapan de esta lógica)

1 comentario:

Abraham dijo...

Hubiera querido prescindir para siempre del juego de antónimos.
No me ha sido
ni querer ni posible.
Acarrea, acarrea, arrastra, costumbre
(parecen librarse, parecen no es)

Huir de la pr(e)/(i)sión paradigmántica por oposición de contrarios.

Atendamos entonces a lo que se queda fuera del juego.