viernes, 15 de marzo de 2013

-prendere

No hay crueldad mayor que la de comprender.
Y comprender es humano, por eso no pongo trabas
a ese deseo despiadado de saber del ser cruel
humano. Pero atentos
y prontos al olvido, o a la opción
de que lo sabido se desvanezca
y se convierta de pronto
en algo aún incomprensible
aún nuevo aún
ya milagrosamente no
aquello que comprendimos.
A pesar de la admirada crueldad,
las súbitas bendiciones de la ignorancia,
transformación divina.

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