lunes, 1 de abril de 2013

Lo escrito...

Es una escalera, pero no por la que suben y bajan los ángeles.
Es una piel, pero sólo como contorno. Si es sensual,
está más cerca de lo sensual en sí que de nuestros sentidos.
Es una tierra ya arada donde sembramos nuestros ojos y regamos;
nada brota de ella porque es tierra arada sin tierra: lluvia.
Tiene fachada y su interior carece de tapias y sus pasillos
están dispuestos al capricho de los vientos, pero existen.
Nace como exigencia y acaba como placer. Es un padre
que nos invita. Un extranjero que nos ama. Un enfermo
picado de eternidad y fantasmagorías excelentes.
Frío abrigo de invisible fuego. Amor y nada.
Ilusiones de punto.

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