miércoles, 26 de junio de 2013

Dije que me escondo. Es un error. Debí decir:
no existo. Soy en ese caso un vacío que se esconde.
En una lógica, en un idioma –la física como escondite–,
en una coherencia moral fruto de un azar divino
o de las modas, como ahora se estudia.
Estuve a punto de no escribir esto; pero pensé:
es mi deber, hay que estar atento, a lo que es
ingenuidad, mentira intencionada, esencia
o simplemente sucede.

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