lunes, 24 de junio de 2013

El dolor no es excusa

Estoy siendo usado por la apatía para no sé qué fines.
Patentada una llamada tuya como antídoto.
Se investigan enfermedades susceptibles
de ser aplicadas por un precio rentable.
Hace años comenzó por las calles
y a escondidas en las glosas a los tomos de Historia
una concienzuda labor de propaganda de aromas.
La parte de mí rebelde y curiosa está planeando
fugarse contigo sin que las otras lo sepan
–mezquinos informes de no sé qué infiltrados–
He decidido ayudaros a mi parte y a ti,
aunque sea tan probable
el conocido precio de la exclusión y la soledad.
Y ahora comienza el poema en el que explico
el método, el lugar, los útiles precisos de la fuga.

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