viernes, 7 de febrero de 2014

CO

Recurrencia, recurrencia, ¿quién te espera?
No te espera la piedra en la ventisca,
porque es piedra (o eso nos da
por pensar, ajenos nosotros al pensamiento
mismo -y aquí querremos
aquel simbolismo, aquella sensación,
¡significado, significado! 
[hay constancia de que el traductor
estaba borracho por dos amores que no
no catalizaban bien su cuerpo escasa
mente instruido así por antiguas culturas
que se arrastran aún a sus mi sus labios manos]-)
y la piedra está en sus asuntos.

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