El vacío viene corriendo a ocupar tu abandono.
Son sus jadeos, jadeos del vacío, quienes trabajan
sin pausa un objeto en su continuidad y la nitidez
de sus límites. El vacío que teje con olvidos,
puntadas de olvido. Él crea y se marcha. Nada
estuvo ahí y Nadie la recuerda.
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