Es fácil decir lo que se quiere cuando
lo que se quiere es poco y viene
desde lo querido por otro y otro decir
que a su vez querían lo fácil
del querer redicho de otro.
Después de rastrear el itinerario
de lo sembrado, digamos:
nadie está solo. Nadie vivió nunca
al otro lado de su viaje,
donde ojos que no leen esperan.
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