lunes, 5 de octubre de 2015

Salida común

El miedo no solicita derechos de autor
y se propaga como el frío o la lluvia.
Ha hecho suyo el aullido del lobo, sin serlo.
Ha hecho suyo el eslogan político.
Ha triunfado en la soledad y las sombras,
en la máquina y en la multitud.
El miedo no sabe de virus o bacterias.
Higiene, sentido, le son indiferentes. 
Llega a la imaginación como un olor o un atardecer.
Llega a la nitidez verbal en forma de máscara
grotesca, de arte sublimado, de cantinela
mascullada entre dientes, no muy alto,
para no despertar al hombre de entre las fauces
del éxito o la muerte.

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