Esta burbuja de reflejos que revolotea
en la vasta oscuridad puede medir
el hábito de su música, puede medir
el tiempo de su carne, puede
decirle a la luz todos los secretos,
y aún guardarse unos pocos
para ver crecer y multiplicarse otros
tantos. Puede susurarrle al agua
quién es el pasajero de su noche.
Si inventa una gramática
abonará dedo a dedo manchas sonrisas.
Si desea, podrá y susurrarle al agua
el hábito y el tiempo su concreción
calcárea.
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