El narcisismo llama soledad a la ausencia.
Con esta confusión y con el tiempo escribe
el cuchillo con el que ha de borrar, raspando
la superficie -tan fina como el filo de un recuerdo-
de lo real, al otro. Con sus recuerdos tapa*
la importante novedad de su presencia.**
No será,
porque con los fantasmas
de los significados negará
el presente que era
también hoy de sus palabras.
*Los recuerdos generan un volumen de filos,
como un universo de alambre de espino visto
desde un afuera imposible.
** Obsérvese
cómo el posesivo confunde al narcisismo y al otro.
Los eruditos basan en esta torpeza nuestra fe
en la intención.
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