jueves, 30 de junio de 2016

Vagones de antigüedad
siguen llegando a las cancelas
y la ciudad los acoge 
como sacos de atardecer en las manos
de un ciego. Guiños de intimidad
graban símbolos secretos en las puertas
y mientras se ajustan la ropa en la calle
liman asperezas.

No hay comentarios: