Échale azúcar, mujer, al café, a las venas,
a la industria alimentaria. Échale azúcar,
mujer, a los postres, a la educación, a los castigos.
Échale azúcar, mujer, para que vayan los niños
sonrientes a las fiestas, a recoger algodón,
a diseñar otras guerras. Échale azúcar,
mujer, ¿no querías que te hablara más
cerca, que te hablara más tiempo,
nítido como el papel que aún no ha sido
escrito?
Como el ojo y el diente que no habrán de estudiar
estas palabras humanas.
sábado, 1 de octubre de 2016
Sugaritos
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1 comentario:
Eres único.
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