jueves, 21 de abril de 2011

¿Qué te tienes prohibido?
Te tienes prohibido los juegos de palabras.
Te tienes prohibido dejarte arrastrar por la semántica.
Hace tiempo prohibiste el exceso de repetición,
el rigor funcionalista y el despliegue ornamental.
No ser depresivo ni babear por la alegría.
Y ese amor a enumerar: prohibido.
Y ese gusto por el laconismo explosivo: prohibido.
Sé original, expón abiertamente tus defectos.
La exageración de tu sistema inmunitario
que te hace intolerante a la perfecta disciplina.

1 comentario:

Susan Urich Manrique dijo...

Bueno, al final la literatura se trata, precisamente, de ser honesto.