Ironía 1: Habría que acabar deduciendo que el momento acoge a todo concepto, sin excepción y con excepción.
Ironía 2: Habría que acabar deduciendo que todos los momentos caben en este; pues cada momento deriva por conceptos en este.
Ironía 3: Podría leerse que cada concepto es este, a saber, el que cada concepto tenga su momento. Entonces, no habría más concepto que la relación entre el momento y un extraño bucle conceptual no cerrado del todo.
Ironía 4: Los términos "concepto" y "momento" son meros rellenos o soportes sintácticos para elaborar una relación entre el "Ser", el "Tener", el sentido de posesión-relación del "su", la deixis in fantasma de "este" y el juego copulativo de "y". A lo cual, el concepto quedaría, por sintaxis, reducido a momento.
Ironía 5: Si todas estas lecturas habitan este momento, estas explicaciones subsiguientes, pertenecientes a un momento distinto, son, además de explicaciones de estos conceptos, otras totalmente distintas.
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Ironía 1: Habría que acabar deduciendo que el momento acoge a todo concepto, sin excepción y con excepción.
Ironía 2: Habría que acabar deduciendo que todos los momentos caben en este; pues cada momento deriva por conceptos en este.
Ironía 3: Podría leerse que cada concepto es este, a saber, el que cada concepto tenga su momento. Entonces, no habría más concepto que la relación entre el momento y un extraño bucle conceptual no cerrado del todo.
Ironía 4: Los términos "concepto" y "momento" son meros rellenos o soportes sintácticos para elaborar una relación entre el "Ser", el "Tener", el sentido de posesión-relación del "su", la deixis in fantasma de "este" y el juego copulativo de "y". A lo cual, el concepto quedaría, por sintaxis, reducido a momento.
Ironía 5: Si todas estas lecturas habitan este momento, estas explicaciones subsiguientes, pertenecientes a un momento distinto, son, además de explicaciones de estos conceptos, otras totalmente distintas.
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