jueves, 22 de noviembre de 2012

Maldigo a los que sólo entregan lo automático.

1 comentario:

Abraham dijo...

Es terrible, porque recuerdo que cuando escribí esto guardaba alguna intención, y ahora no son horas de poder acceder a ella conscientemente.
Es más, me da que ni siquiera atiendo al sentimiento comúnmente defendido de que la intención no merece la pena.