lunes, 25 de marzo de 2013

Tesis sobre la divinidad

El amor nos permite conocer el tiempo.
El no saber de amor condena al sujeto
a la eternidad, que es una prisión.

Experimento 1: Pongamos a Narciso delante de su prisión. Con amor, Narciso convierte su eterna prisión en un río. Y se mueve hacia la muerte.

Experimento 2: Pongamos a Eco delante de su amor. Puro amor, su prisión desaparece. Puro instante del objeto amado. Efímero.

Experimento 3: Pongamos a Dafne en opuesto al amor. Se vuelve inmóvil madera por clemencia de su padre, un río. Eternamente recuerda a los que imperan: "eres mortal".

Experimento 4: Pongamos a Apolo delante de su amor. Puro movimiento, su prisión al mínimo de un dardo, de un rayo de luz o de una herida de muerte. Apolo es un beso de veneno y de cura, y destello de la razón. El dios que persigue a la mujer y a la gran serpiente. Y el que desconcierta el saber con sus oráculos.

Experimento 5: Demos a Tristán e Isolda una poción de amor. No sólo habrá una herida y habrá muerte, sino que Wagner hará una ópera con que calmar su veneno de amor. Las obras de Wagner duran eternamente, dirían algunos (faltos de amor); excepto para sus amantes, a quienes les sabrá a un instante y querrán repetir. Ecos y aplausos.

Experimento 6: Pongamos a Hitler en opuesto al amor. Adolfito no bebía alcohol. Consideraba que Vivaldi era un artista de segunda. Les recordó a muchas personas que eran mortales. Algunos piensan que dejó a Wagner en muy mal lugar. Wagner, Hitler y Vivaldi antes que un río preferían una ducha; pero eso está por demostrar. Es más, pude haberme inventado todo esto; no estoy seguro.

Experimento 7: Pongamos un texto ante su amor. Una palabra sola es una prisión. Cuando ama se enreda y el texto se alarga. Soportar un texto largo es un acto de amor. Un texto largo que se quede en sí mismo es una insoportable eternidad, que convierte el amor en algo paradójico. Esto es un crimen o un pecado. Un texto que se alargue debe salir de sí mismo o salir de mí mismo, o sacarme de mí, mis casillas, mis impertinencias, y por supuesto no repetirse. Mejor, no suponer. Suponer es un acto contrario al amor. Eso es indiscutible.

No hay comentarios: