lunes, 15 de julio de 2013

Una espuma de luz nos envuelve atmosférica
después de la tormenta –tormenta que no
llegó a ser, sí dicen lejos los rumores truenos–
pintando una tarde envidia de pintores
–éramos ciudad en un planeta extraño–
mientras dentro –de mí, no de mi cuerpo,
dentro de nuestra mutua distancia bien medible–
nuestro amor teje
–son estas palabras truenos y puntadas
luego rumores, luego silencio, lejos–
de besos la envidia de los dioses
–de soles y de vientos–
pincel a pincel.

Mirar esta tormenta cerca de tus ojos. No es un
recuerdo. Esta ausencia está aquí. Sueñas
conmigo al borde de la noche, con tus pasos.

1 comentario:

María Sotomayor dijo...

"mientras dentro –de mí, no de mi cuerpo"

qué maravilla Abraham, qué maravilla...

Beso fuerte.